Diagnóstico:
El diagnóstico precoz es difícil de establecer. Pueden pasar de 9-14 meses entre la aparición de los primeros síntomas y el diagnóstico certero. Puede retrasarse por falta de conocimiento de los médicos sobre la enfermedad, la presentación de esta con formas inusuales, la comorbilidad con otras enfermedades o los falsos negativos.
El hecho de que el diagnóstico se realice de forma tardía supone retrasos en la realización de tratamientos tanto farmacológicos como no farmacológicos que aumenten la esperanza y la calidad de vida del enfermo.
Diagnóstico diferencial:
El diagnóstico clínico de la ELA supone el descarte de otras enfermedades como el latirismo o la neuralgia amiotrófica, enfermedades que presentan síntomas comunes o parecidos a los sufridos por personas con ELA.
Para realizar el diagnóstico diferencial de la ELA es necesario seguir o cumplir al menos gran parte de estos procedimientos:
- Pruebas electrodiagnósticas.
- Análisis de sangre y orina.
- Punción lumbar.
- Radiografía.
- Mielograma de la columna cervical.
- Biopsias, tanto de músculos como de nervios.
- Valoración neurológica.
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Mielograma de la columna vertical |
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Punción lumbar |
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Electrodiagnóstico |
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Biopsia |
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